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Desarrollado a finales de la década de 1960, el Tupolev TU-22M “Backfire” entró en servicio en la Fuerza Aérea Soviética en la década de 1970 y puede considerarse, también por su diseño distintivo, un icono de la Guerra Fría. El “Backfire” es un bombardero estratégico bimotor con alas de barrido variable capaz de transportar y emplear armas tanto nucleares como convencionales. Un avión avanzado para su época, representó una mejora notable respecto de los bombarderos estratégicos soviéticos anteriores. Gracias a sus dos potentes motores, instalados bajo la cola, el bombardero Tupolev podía alcanzar una velocidad de Mach 1,9 y era un temible oponente para la defensa aérea de Estados Unidos y los países de la OTAN.